Sin duda, y para nuestra
desgracia, “recortes” ha sido la palabra fetiche de un tiempo a esta parte en
nuestro país. No obstante, no todas las clases de recortes tienen las mismas
implicaciones y consecuencias a nivel social. Y es aquí donde entra la defensa
de una educación pública de calidad y el nacimiento de movimientos como la
‘Marea Verde’. Se pretende desde aquí informar del qué, cómo, cuándo, dónde y
porqué de esta espectacular reacción social sin precedentes, irremediablemente
vinculada al contexto educativo y político español y a la grave situación
económica que nos ha tocado vivir. Todo basado en premisa fundamental: uno ha
de saber a lo que se enfrenta para poder combatirlo con eficacia.
Por su parte, la ‘Red Verde’ convocó en solitario huelga los días 22 de septiembre y 19 de octubre, junto a la cobertura legal de los sindicatos CGT y CNT, puesto que CC.OO. apoyó exclusivamente la primera fecha. En este sentido, la convocatoria del 19 de octubre ha sido motivo de muchas suspicacias por parte del movimiento asambleario, pues aseguran que fue silenciada por los medios de comunicación y boicoteada activamente por algunos delegados sindicales, que llegaron a calificarla de ilegal. Lo cierto es que, boicoteada o no, tuvo poca repercusión mediática.
Laura Gisbert Castellanos
Punto de partida
El detonante principal del
conflicto tiene fecha y nombre propios. El pasado 4 de julio de 2011 Lucía
Figar, consejera de Educación y Empleo de la Comunidad de Madrid, hizo públicas
las instrucciones para el inicio del curso escolar. En ellas se hacía oficial
que el gobierno tomaba la decisión de no renovar a más de 3.000 profesores
interinos de secundaria a cambio de aumentar en dos horas el horario lectivo
del resto de docentes, que pasaría de 18 a 20. Para ello, la
Consejería de Educación ha estirado casi al máximo la orden estatal que regula desde
1994 el funcionamiento de los institutos, que permite "llegar
excepcionalmente a 21 [horas] cuando la distribución horaria del departamento
lo exija y siempre dentro del mismo". Según justifica la Administración, el objetivo de
la aplicación de esta medida tendría como objetivo el ahorro de 80 millones de
euros.
Por tanto, esta decisión no
solo afecta a profesores interinos, que ya de por si son un colectivo en no muy
agradables condiciones (no tienen plaza fija, viven dando tumbos de destino en
destino, con un salario inferior y en condiciones de “semifuncionariado”), sino
también a los docentes con plaza fija, que ven como cobran lo mismo o incluso
menos trabajando más horas y haciéndose cargo de mayores responsabilidades (las
suyas propias y aquellas que venían a cubrir los 3.000 interinos que se quedan
fuera), y lo que es más importante, perjudica de igual modo a los estudiantes:
desaparecen muchas aulas de enlace, aumenta el número de alumnos por grupo, se
dan casos en los que se eliminan modalidades de bachillerato en centros con menos
concentración de alumnos, etc.
Caldo de cultivo
Pero esto solo fue el fuego
que prendió la mecha. En los últimos años se han venido dando una serie de
hechos que, a modo de caldo de cultivo, poco a poco han ido calando en el
sector educativo público de la región. A modo de ejemplo, se pueden citar los
siguientes:
En primer lugar, preocupante
fue la eliminación de 23 de los 28 centros de formación del profesorado a
finales del curso 2007/2008. Siguiendo en esta línea, a principios del curso
2009/2010 se llevó a cabo la supresión de 20 aulas de enlace y compensatorias y
la reducción de 11 grupos de bachillerato nocturno. Mientras tanto, y en
aplicación del MCERL (Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas), los
títulos de las Escuelas Oficiales de Idiomas de Madrid han ido perdiendo valor
puesto que, a diferencia de otras Comunidades, estos centros ya no son capaces
de impartir ni homologar niveles superiores al B2. Las EOI, además, se han
visto forzadas a suprimir las clases de los viernes por falta de personal.
Los inspectores educativos
accidentales también han notado los recortes. En marzo de 2011, tras un
concurso-oposición denunciado por irregularidades en la elección del tribunal,
su número se redujo de 85 a 51, pese a que algunos de estos funcionarios tenían
más de 20 años de experiencia en el ejercicio de la función inspectora.
Otro punto caliente es la
reducción de oposiciones a maestros en Madrid, pasando de ofertar 2.500 plazas
en 2009 a 489 en 2011. Por otro lado, el gobierno regional ha eliminado de
forma unilateral el derecho de los interinos que hayan trabajado más de 5 meses
y medio a cobrar el sueldo correspondiente a los dos meses de verano.
Vinculado a esto, y según
un informe de ‘Soy Pública’, en los últimos 12 años la Comunidad de Madrid
habría construido 1.212 centros educativos, de los cuales 370 han sido
públicos, frente a 842 privados. Agrava estos datos el hecho de que en el mismo
informe se muestra como la educación pública ha perdido en ese periodo a un
4,54% de su alumnado a favor de la privada.
Tampoco ha ayudado a
sosegar los ánimos el hecho de que a pocos días del inicio del curso 2011/2012
existieran 747 profesores funcionarios en “expectativa de destino” a causa del
mal cálculo de cupos de profesorado de cada centro por parte de la consejería
de educación madrileña tras la aplicación de recortes.
Por último, los recortes
salariales no han sido obviamente plato de buen gusto: el gobierno estatal
estableció una reducción del 5% de la masa salarial total, y el autonómico el
20% sobre las pagas extraordinarias.
Todo esto ha conformado un
panorama de crispación notable en el sistema de enseñanza pública de la
Comunidad de Madrid.
Principales críticas
Los sectores más críticos
con la medida no solo hicieron público su rechazo por la destrucción de puestos
de trabajo interinos que, al fin y al cabo, son sólo su consecuencia más
visible y drástica. La contrapartida que supone el aumento de las horas de
trabajo lectivas del resto de docentes también fue objeto de críticas, pues se
ha considerado desde estos ámbitos de opinión que con eso solo se consigue
mermar el resto de horas complementarias (pues el total de horas semanales no
variará, continuará en 37,5 como todos los funcionarios), disminuyendo la
calidad de la enseñanza: imposibilita la realización de horas de tutoría y
atención a los alumnos, así como el mantenimiento de los equipos informáticos o
de servicios, como la biblioteca escolar o las prácticas de laboratorio.
Por otra parte, también se
ha criticado que con esta decisión no se respetan las compensaciones previstas
por la LOE por cada hora adicional a las 18 iniciales. Esto fue cuestionado
públicamente por la Asociación de inspectores públicos de Madrid (ADIDE), que
además afirmó en su momento que esto solo iba a generar “inseguridad jurídica”,
y motivó que la asociación mayoritaria de directores de instituto (más de 2/3
de asociados) exigiera la dimisión de la consejera de educación, Lucía Figar.
Por último, y no por ello
menos importante, otro fuerte argumento crítico esgrimido es que el ahorro de
80 millones previsto con la medida es superado ampliamente por los beneficios
fiscales que el gobierno regional otorga a la educación privada no concertada
mediante la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos, cuyo coste está estimado
en 90 millones de euros anuales. No obstante, estas deducciones fiscales han
sido recientemente ampliadas para que las familias de rentas más elevadas
(30.000 euros de ingresos anuales por cada miembro de la unidad familiar)
puedan beneficiarse de ellas y deducirse hasta 900 euros por hijo en conceptos
de escolarización, vestuario de uso exclusivo escolar o actividades
extraescolares. Esta medida ha causado tanta irritación entre la comunidad
educativa pública que se ha llegado a ver como un método para el desvío de
fondos públicos a la educación privada.
Todas las objeciones
finalmente se condensaron y tomaron forma el 20 de julio de 2011, cuando se
produjo la primera asamblea de docentes, en la que por primera vez se habla ya
de huelgas y otras alternativas de protesta, así como también se organiza un
sistema de consultas a los profesores mediante correo electrónico, entre otras
cosas.
Un esfuerzo “totalmente necesario”
Por su parte la Comunidad
de Madrid, ante la polémica suscitada, resumió su postura en una carta que
Esperanza Aguirre envió a todos los profesores de educación secundaria de la
región a finales de agosto. En ella encomiaba a los docentes a hacer un esfuerzo
“totalmente necesario” justificado por la penosa situación económica del
momento y aseguraba que el ahorro de 80 millones de euros previsto con la
medida iba a servir “para mejorar la calidad de la enseñanza y mantener gastos
en otros servicios importantes para los ciudadanos”, aunque no se especificó
cuáles.
Tampoco se hicieron esperar
las declaraciones de otros compañeros y pesos pesados del Partido Popular.
Lucía Figar afirmó que el aumento de horas lectivas ya había sido introducido
con anterioridad en regiones gobernadas por el PSOE, y Ana Mato, actual
Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, declaró allá por septiembre
a los medios: “en Andalucía los recortes [educativos] han sido tan llamativos,
que hemos visto en los periódicos cómo hay algunos niños que están en el suelo
en las escuelas”. Esto ha sido interpretado por los sectores críticos a la
medida como un intento por politizar las reivindicaciones.
Mariano Rajoy también
colaboró en el apoyo a la medida, afirmando que las decisiones emprendidas por
el gobierno regional no tenían porqué afectar “en absoluto a la calidad de la
educación”.
Cruce de acusaciones
Pero las disputas por
declaraciones no se terminaron aquí. La puesta en marcha de los recortes trajo
consigo un ir y venir de acusaciones que bien se ha podido seguir en la prensa.
Las declaraciones de
Esperanza Aguirre, poco dada a tener pelos en la lengua, han sido las que más
polémica y titulares de periódicos han copado. El primero de ellos se
caracterizó por el “20 horas son, en general, menos de las que trabajan el
resto de madrileños”. Muchos interpretaron que la presidenta de la región con
estas palabras había insinuado que el cuerpo docente trabajaba poco. Se puso en
entredicho el respeto de Aguirre por el colectivo y, ante la avalancha de
críticas, ésta se vio obligada a pedir perdón en público por su afirmación.
Las palabras de la actual
alcaldesa de la ciudad de Madrid (por aquel entonces teniente de alcalde)
también dieron mucho que hablar. “Los funcionarios del Ayuntamiento de Madrid
trabajan muchísimas más horas”, declaró.
Por otro lado, lo que sí ha
sido constante entre los promotores de los polémicos recortes es la
calificación de las protestas y jornadas de huelga que tomaron forma con el
inicio del curso escolar como actos políticos. Según esta perspectiva, el
conflicto y las movilizaciones se habrían alargado en el tiempo con la
intención de frenar la caída libre del candidato a la presidencia en las
elecciones generales de noviembre por parte del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. “Hay
elecciones generales y el Partido Socialista, Izquierda Unida, los sindicatos…
todos estos tienen mucho interés en prolongar este conflicto, un conflicto que
es absolutamente político y no tendría porqué existir”, declaró Esperanza
Aguirre.
Por su parte, los
sindicatos de enseñanza madrileños siempre han mostrado su apoyo al colectivo
de docentes. Entienden que se está poniendo en riesgo la calidad de la
educación en la región y la estabilidad laboral de los profesores, así como
perdiendo el respeto por su importante labor. Además, no comprenden que la
ampliación de horas lectivas se aplique en este caso para ahorrar.
Movilización histórica
El movimiento asambleario
de profesores en contra de las medidas del gobierno de Esperanza Aguirre pronto
se organizó en cada centro. Así, cada instituto eligió a sus portavoces para
participar a su vez en las asambleas de zona y regionales, donde también
participaban algunos sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación, plataformas
de profesores interinos, colectivos vecinales por la escuela pública y
asociaciones de madres y padres de alumnos. Además, para lograr una
representación más directa, horizontal y democrática en la toma de decisiones
se creó la coordinadora de asambleas de centros y zonas, conocida como ‘Red
Verde’.
De esta puesta en común de
ideas sobresalió sobre las demás la propuesta de llevar a cabo jornadas de
huelga para presionar la actuación del gobierno. En total, fueron un total de
diez huelgas, que tuvieron lugar los días 20, 21 y 22 de septiembre, 4, 5, 19 y
20 de octubre y 3, 17 y 29 de noviembre de 2011. En su conjunto, han supuesto
la protesta de profesores más masiva en España desde hace dos décadas.
Durante el transcurso del
conflicto las propuestas de las asambleas y de los sindicatos fueron en muchas
ocasiones divergentes. Finalmente, los sindicatos acabaron imponiendo un calendario de movilizaciones sostenido
hasta las elecciones del 20N, pero con menos días de huelga que los propuestos
por las asambleas.
Y es que la mayoría de las
asambleas de centro votó a favor de una huelga indefinida de tres días a la
semana, martes, miércoles y jueves, con intención de paralizar el curso escolar
hasta la retirada de las instrucciones de principio de curso, justificando su
elección en que se trataba de un modelo que minimizaba el coste económico para
los huelguistas. Este formato, que fue votado y ratificado en las asambleas
docentes fue finalmente descartado por los sindicatos CC.OO, UGT y STEM, que
vieron más necesario mantener la unidad sindical con ANPE y CSIF.
Por su parte, la ‘Red Verde’ convocó en solitario huelga los días 22 de septiembre y 19 de octubre, junto a la cobertura legal de los sindicatos CGT y CNT, puesto que CC.OO. apoyó exclusivamente la primera fecha. En este sentido, la convocatoria del 19 de octubre ha sido motivo de muchas suspicacias por parte del movimiento asambleario, pues aseguran que fue silenciada por los medios de comunicación y boicoteada activamente por algunos delegados sindicales, que llegaron a calificarla de ilegal. Lo cierto es que, boicoteada o no, tuvo poca repercusión mediática.
Del otro lado la técnica de
desgaste del gobierno. Desde el principio del conflicto la postura de la
consejera Lucía Figar fue firme. A día 31 de agosto de 2011 ya afirmó lo
siguiente: “Si los sindicatos convocan esa huelga [por la primera], sólo
perjudicarán a miles y miles de familias y no conseguirán rectificación del
Gobierno”. Y la Consejería llevó a rajatabla su decisión, no ofreciendo
respuesta a las solicitudes de diálogo ni alternativas que calmaran el
conflicto.
Punto aparte merecen ser
tratados los acontecimientos que tuvieron lugar durante la jornada electoral
del pasado 20 de noviembre. 200
ciudadanos acudieron a votar vestidos con las camisetas verdes reivindicativas
del movimiento en la ciudad de Madrid y no solo vieron negado su derecho a
votar, sino que también fueron interpelados por la Junta Electoral de la región
por considerar ésta que se había vulnerado lo dispuesto en el artículo 53 de la
LOREG, por el cual se prohíbe difundir propaganda electoral en el momento de
depositar el voto. En este sentido, y en señal de apoyo, varias decenas de
personas se acercaron a los juzgados de Plaza de Castilla a lo largo del 29 de
noviembre, día en el que tuvo lugar la última de las movilizaciones, para
autoinculparse de la misma supuesta infracción.
Por otra parte, numerosas
voces se han alzado en la red para informar de represalias contra profesores y
directivos, que han sido interpretadas como medidas de disuasión que pretendían
evitar la asistencia a los parones: retraso en el pago de ciertos complementos
en nómina, supresiones y traslados forzosos a puestos de especial dificultad
(en algunos casos a más de 50 kilómetros del domicilio), la apertura de
expedientes que podrían suponer hasta tres años de sanción a directores o
simples docentes de instituto que hubieran apoyado las protestas mediante
cartas a medios locales o correos electrónicos a grupos políticos de su
municipio, etc. Otros muchos docentes decidieron salir a los medios de
comunicación, como El País, para
denunciar que se veían obligados a impartir asignaturas que no eran de su
especialidad. Por todo ello, CC.OO. decidió en su momento querellarse contra
dos altos cargos de la Consejería de Educación por prevaricación y abuso de
poder, e incluso 700 profesores denunciaron a título individual a la consejera
Lucía Figar por injurias y calumnias, argumentando que ésta había acusado a
miembros de las asambleas de docentes en huelga de cometer agresiones contra
peregrinos durante las Jornadas Mundiales de la Juventud, así como a todo el
colectivo docente de practicar un elevado absentismo laboral (10%), en ambos
casos sin aportar prueba alguna.
Sin embargo, pese a la
desazón y a las repercusiones derivadas de secundar cualquier huelga, las
convocatorias de las movilizaciones tuvieron un seguimiento notorio (especialmente
al principio) y sostenido a lo largo del tiempo entre el
profesorado. Tras la manifestación del 17 de diciembre, convocada de forma unitaria
por todos los sindicatos de enseñanza representativos, Francisco Melcón,
presidente del sindicato ANPE, aseguró que en durante el 2012 continuarían las
movilizaciones en forma de manifestaciones y más jornadas de huelga si continuaba
la negativa a la negociación por parte de la Consejería de Educación y Empleo
madrileña.
La Marea Verde se extiende
Las movilizaciones
comenzaron implicando exclusivamente a la Educación Secundaria Obligatoria,
Formación Profesional y Bachillerato, pero a partir de la sexta jornada de
huelga, y pese a la oposición de CSFI y ANPE, CC.OO, UGT y STEM decidieron
extenderlas a la Educación Primaria y a las Escuelas Infantiles, tanto
municipales como de gestión directa de la Comunidad de Madrid. El seguimiento
en los centros de primaria fue menor pero, sin embargo, en las escuelas
infantiles se alcanzó un apoyo superior al 70% en algunas jornadas, según
estimaciones sindicales.
Por otro lado, ante el
amplio seguimiento y la resonancia en los medios de las protestas en Madrid, el
movimiento fue extendiéndose por diversas regiones afectadas igualmente por
recortes de presupuesto en las partidas a educación. El mayor exponente del
contagio fue Castilla-La Mancha, cuyo gobierno de María Dolores de Cospedal
elevó en dos horas la jornada semanal lectiva de los maestros hasta agotar el
límite legal de 25 y anunció una disminución salarial adicional del 3% para
todos los funcionarios públicos para el año 2012. En menor medida la protesta
se expandió por Galicia y Navarra, donde se aprobaron medidas similares a las
madrileñas. Otras Comunidades Autónomas como Cataluña y Valencia aportaron su
granito de arena a la movilización. Otros tantos actos públicos de protesta,
pero sin convocatoria de huelga, tuvieron lugar en Aragón y la Ciudad Autónoma
de Ceuta.
Nace un atisbo de diálogo
Llegaron las fiestas
navideñas y Gobierno, sindicatos y docentes vieron oportuno la toma de un
descanso en la persecución de sus objetivos. Las vacaciones debieron sentar
especialmente bien en la Consejería de Educación madrileña, pues tras la vuelta
al cole sindicatos y docentes se encontraron con un bonito regalo: Lucía Figar
convocaba una Mesa Sectorial de Educación en la que debatir la problemática
para el 12 de enero. Al recibir la noticia, Paco García, secretario general de
la Federación Regional de Enseñanza de CC.OO., expresó ante los medios que
después de más de 8 meses sin posibilidad de negociación laboral “ya era hora”
de que se convocara la ansiada Mesa, pese a que bajo su punto de vista esta
decisión respondía más a un “imperativo legal” que a ganas de entablar
negociaciones y resolver las diferencias.
Pese a todo, de forma
general los sindicatos CC.OO, CSI-F, UGT y STEM mostraron de forma pública su
satisfacción por la convocatoria, considerando que se trataba del “resultado de
las movilizaciones de la comunidad educativa madrileña en los últimos meses” y
confiando en que la cita se convirtiera en la vía para iniciar “un nuevo
período en las relaciones entre la Administración y los políticos docentes de
la enseñanza pública de la Comunidad de Madrid, basado en el respeto y exento
de descalificaciones de los responsables políticos regionales en contra de la
profesión docente”, según afirmaron en un posterior comunicado.
La puesta en marcha de esta
nueva etapa ha supuesto, hasta el momento, un punto y aparte en las
movilizaciones de la ‘Marea Verde’. Para favorecer el clima de negociación e
impulsar avances los actos de protesta se han ceñido al apoyo de movilizaciones
convocadas conjuntamente por todo el sector público de la Comunidad de Madrid y
del Estado como consecuencia de la situación económica.
En total, tres han sido
hasta la fecha las convocatorias a Mesa Sectorial de Educación madrileña: al ya
mencionado primer encuentro del pasado 12 de enero le siguió el celebrado a 2
de febrero y el último, que tuvo lugar hace tan solo unos días, concretamente
el día 9 de ese mismo mes.
En el orden del día de estos
tres encuentros figuraron principalmente la “aplicación en el ámbito docente de
la Disposición adicional primera de la Ley de Medidas Fiscales y
Administrativas”, aprobada el pasado 27 de diciembre, así como “otros asuntos
propios de la Mesa Sectorial de Educación a proposición de los representantes
sindicales”.
Si bien es cierto que la voluntad
de diálogo parece persistir, es palpable la dilatación en la consecución de
algún acuerdo estable y definitivo. No obstante, la negociación se encuentra
plenamente abierta y a la espera de futuros acontecimientos.
Por su parte, y en vista de
este estancamiento en el debate, el secretario general de la Federación
Regional de Enseñanza de CC.OO., Paco García, ha anunciado tras el último
encuentro del pasado día 9 de febrero que, muy posiblemente, el sindicato se
plantee seguir en la Mesa si en el plazo de un mes la Administración educativa
de la región no ofrece ninguna propuesta. Recrimina a la Consejería que,
mientras que los sindicatos han puesto “encima de la mesa” sus propuestas, ésta
no ha ofrecido “ninguna”. “Hemos dado de plazo hasta el 8 de marzo, y si no han
propuesto nada consideraremos inútil seguir en la Mesa”, han sido sus palabras.
Ley de Medidas Fiscales y Administrativas
La Disposición adicional
primera de la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas lo que regula es, nada
más y nada menos que uno de los puntos calientes de las reivindicaciones
“verdes”: la distribución de la jornada laboral de los docentes de Secundaria y
Formación Profesional, Según se explica en este documento, dicha jornada estará
compuesta de 37 horas y 30 minutos semanales. De éstas, 30 horas serán de
obligada permanencia en el centro, de las cuales un mínimo de 25 computarán
como horario lectivo regular para los profesores, que se podrán dividirán a su
vez en un máximo de 21 lectivas, siendo el resto complementarias. El resto de
horas hasta llegar a las 30 de obligada permanencia computarán como horario no
fijo o irregular. Las 7 horas y media que faltan para el total, y que no hará
falta cumplir en el centro, se dedicarán a “los deberes inherentes a la función
docente”.
Al margen de que este sea
un aspecto muy controvertido para el ámbito docente de la región, la normativa
forma parte del debate sectorial porque según ésta, y aunque la Consejería está
autorizada a dictar las instrucciones que considere necesarias con el objetivo
de implantar su contenido de forma eficaz, cualquier decisión se ha de negociar
previamente en la Mesa Sectorial de Personal Docente no Universitario.
Peticiones sindicales
Entre las propuestas de los
sindicatos destaca la de “revertir los efectos de las instrucciones de inicio
de curso 2011/2012” y volver al cupo de profesores del curso 2009/2010, “es
decir, unos 3.000 docentes más”, declaró el 9 de febrero el sindicalista de
CC.OO. Paco García.
De igual han visto
necesario solicitar que la orden del próximo curso de haga dentro del marco de
la orden del Estado y entrar a considerar qué es “hora lectiva”. No obstante,
los sindicatos opinan, como muchos docentes, que una hora lectiva “no son solo
las horas de clase”, pues incluirían las tutorías, las horas de guardia o las
actividades extraescolares.
Asimismo, se ha requerido
por su parte abordar los aspectos conflictivos concernientes a los expedientes a
profesores y las oposiciones. Finalmente, han solicitado también que las 20
horas lectivas vigentes por imposición del gobierno regional tengan carácter
transitorio.
Actuable de Soy Pública
Soy Pública se autodefine
como “una plataforma de acción ciudadana que propone la Educación Pública como
modelo educativo adecuado y necesario para la construcción de una sociedad
verdaderamente democrática y con proyección de futuro”. Se encuentra al margen
de la negociación oficial abordada desde la Mesa Sectorial, pero no ha querido
dejar de hacer oír las reivindicaciones de sus miembros. Para ello, ha creado
una lista de propuestas en la página web Actuable, con el objetivo de conseguir
el apoyo social suficiente en forma de firmas con las que poder legitimar la
necesidad de su debate en la Mesa sectorial.
Algunas de estas peticiones
coinciden con las ya mencionadas: retirada de las instrucciones puestas en
marcha para este curso y vuelta al cupo de profesores de 2009/2010. Sin
embargo, su “actuable” persigue otras muchas iniciativas, que van mucho más
allá de lo que en principio suscitó la aparición del movimiento “Marea Verde”;
entre otras cosas, demanda: la marcha atrás en la reducción de aulas
especiales, grupos y profesorado de Compensatoria, la dotación de los recursos
humanos necesarios para atender adecuadamente a las Escuelas Infantiles y CEIP,
la no privatización de las Casas de Niños, el pago de la parte proporcional de
los meses de verano para los interinos, así como la igualdad de complementos y
prestaciones en relación con el resto de profesores, la no reducción de las
jubilaciones anticipadas o la cobertura de todas las bajas. También se exige la
organización, a modo de ejemplo para ilustrar el alcance de sus
reivindicaciones, que las empresas privadas se mantengan alejadas de la
enseñanza pública, que se instaure el nivel C en las Escuelas de Idiomas, que
haya prioridad para impartir docencia en la escuela pública, que se homologuen
y convaliden los cursos de formación del Ministerio, que haya mayor
transparencia en la asignación de plazas o que no se desvíen fondos y recursos
a los centros privados.
Movilizaciones paralelas
La decisión de frenar el
calendario de protestas contra los recortes ante la Consejería por parte de los
sindicatos para fomentar el éxito del diálogo no ha gustado a todo el colectivo
docente. Así, muchos han decidido seguir con las movilizaciones de forma
paralela por su cuenta, argumentando que el Ejecutivo ha reabierto el debate
pero sin comprometerse a nada. De esta forma, convirtieron el 18 de enero en el
“día de la camiseta verde”, con la pretensión de mantener vivas las protestas y
recordar que el conflicto sigue abierto y sin solución a la vista.
Asimismo, los docentes
madrileños también han decidido en esta línea reiniciar las asambleas docentes,
un mecanismo desde el que abordar nuevas medidas que presentar en la Mesa
Sectorial para su negociación.
Qué se ha logrado: empezar el diálogo
El principal y mayor éxito
de la ‘Marea verde’ consiste en haber conseguido establecer un mínimo proceso
de diálogo. La tenacidad y la persistencia en sus actuaciones han logrado
vencer tímidamente el silencio y la dureza proyectados desde la Consejería de
Educación de la Comunidad de Madrid. Con el inicio del 2012 tantos meses de
indiferencia y negativas se han ido resquebrajando, ofreciendo una leve salida
por la que los sectores enfrentados a los recortes educativos han conseguido
sacar la cabeza y tomar algo de oxígeno.
No obstante, si la lucha
llevada a cabo durante todo este tiempo y las negociaciones actuales llegan a
buen puerto es algo que sólo puede confirmar el futuro. Un futuro que, por lo
general, no se muestra precisamente halagüeño para la gran mayoría de los
sectores sociales del país.
El presidente español,
Mariano Rajoy, ya se ha apresurado a advertir que este va a ser un año muy
duro, en el que es muy improbable que se den buenas noticias a nivel tanto
económico como social. Así pues, ¿qué posibilidades hay de que un gobierno autonómico
de marcha atrás en lo que considera un ajuste necesario y fundamental para la
viabilidad del sistema?
Mucho más que un conflicto laboral
El problema es que parece
haber divergencias entre lo que es o no lo verdaderamente importante. Unos y
otros (por defensores y defensores de la austeridad en materia educativa)
estarán de acuerdo en que aquí, con todo el conflicto generado, no solo están
en juego los puestos de trabajo y la estabilidad laboral que todo ciudadano
necesita y tiene derecho a poseer, sino un pilar aún más fundamental sobre el
que se sustenta cualquier democracia que se precie: una educación fuerte,
coherente y sin fisuras, que proteja el derecho a recibir conocimientos, participar
de sus numerosos beneficios y con ello crecer como ser humano. No obstante, se
trata de las generaciones que dentro de unos años, en principio, deben sacar
adelante el país.
No es aceptable que en un
Estado de derecho y democrático se toleren situaciones como, por ejemplo, las
que se están viviendo en la Cañada Real Galiana, donde el recorte en los
servicios de transporte escolar han provocado que 64 menores tengan que luchar
cada mañana para subir a un autobús con capacidad máxima para 53 de ellos y que
en cuanto alcanza el cupo cierra sus puertas. ¿Su derecho a ir al centro
escolar donde queda?
Tras recorrer cerca de 5 kilómetros para acudir a la
parada y ver como les es imposible acceder al transporte, vuelven a sus casas.
Lo normal, cuando la situación se repite, es tirar la toalla, generándose a su
vez un círculo vicioso entre el absentismo y la invisibilidad ante las
autoridades.
Sea como fuere, cierto es
que los recortes, especialmente en sectores vitales para la sociedad como la
educación o la sanidad, siempre afectan en mayor medida a los que,
paradójicamente, más ayudas necesitan.
Futuro incierto: ¿neoliberalismo pedagógico?
Todo de lo que es acusada
la política educativa de la Comunidad de Madrid por parte de la ‘Marea Verde’
es fácilmente identificable con algunos de los principios básicos de las
políticas neoliberales: tendencia hacia la privatización, la reducción del
presupuesto público educativo, la servidumbre de la educación a las exigencias
del mercado, etc. Todo ello sustentado con fuerza sobre una corriente
pedagógica concreta, la cual no percibe la educación de otra forma que no sea
el fomento de la competitividad y el utilitarismo.
La antropóloga María
Fernanda Moscoso ha analizado recientemente para el periódico Diagonal en un artículo titulado “La
educación que viene” lo que para ella son las similitudes entre estas políticas
y aquellas que ya tuvieron su aplicación en América Latina durante los años 80.
Con la llegada de la
dictadura de Pinochet, pronto América Latina pasó a ser un campo en el que
poner en práctica experimentos económicos y aplicar los fundamentos de la
doctrina neoliberal. Esto rápidamente pasó a contagiar al sistema educativo chileno,
para más tarde extenderse por toda la geografía americana. Llegaron los tres
aspectos clave ya mencionados: privatizaciones, recortes presupuestarios en
educación y servicio al mercado.
Para Moscoso, no es
casualidad que la historia se repita y que aparezca un informe como el de
Educación y Formación Profesional a encargo de la patronal CEOE en relación con
el sistema educativo español. La antropóloga opina que este informe no hace más
que interpretar la educación a través de una especie de “darwinismo social”, de
“explicaciones cargadas de connotaciones biologicistas, como en el siglo XIX”,
explica en su artículo. Esto es: los teóricamente mejor dotados entran y
ascienden dentro del sistema, mientras que el resto se queda fuera.
Por todo esto, advierte a
la sociedad española del peligro del acecho de estas políticas, que en América
Latina supusieron un grave perjuicio para la población con menos recursos.
Frente a esto, la postura
tranquila y confiada del gobierno autonómico madrileño, que sigue manteniendo
que el ahorro de 80 millones de euros en la partida presupuestaria destinada a
educación no tiene porqué mermar la calidad del sistema educativo público de la
región. Algo que, a simple vista y a juzgar por los hechos, parece
asombrosamente complicado.
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