Quieren ser inmigrantes, pero no les dejan. Es la triste historia de cientos de miles de traductores y colaboradores iraquíes que ayudaron al ejército estadounidense con la feliz promesa de emigrar a Estados Unidos una vez acabada la guerra. Ahora, ya retiradas las tropas estadounidenses del país, estos han sido abandonados a su suerte, pues la Administración estadounidense apenas ha repartido una decena de visados. Estos ex colaboradores y sus familias viven amenazados de muerte por la insurgencia iraquí por complicidad con el enemigo. Posiblemente nadie vaya a volver para rescatarles.
Yasmina Mitrovic Arenal
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